Una roca que había ido añadiendo pulgadas a través de los años había ganado la reverencia de los habitantes. Los devotos de kovil en los alrededores se aferran a la roca debido a su tenue similitud con una capucha de ácobra. Crecer rocas parece estar de moda en Delft, con otra roca junto al mar que muestra un patrón de crecimiento similar. Con forma de canoa, se considera que el fenómeno es la acumulación de calcita de las olas del mar que la bañan.